| Enrique 
M. Rovirosa  Tal y como se anticipaba desde hace meses, la generación de empleo 
formal en Baja California se desplomó. Mientras esto sucede, las autoridades 
estatales insisten en dar declaraciones optimistas en cuanto a que sí se 
va a lograr la meta de crear 30 mil empleos o más en este año. Y 
no sólo esto, sino que también afirman que se está en mejor 
condición que otros Estados para incorporar -sin que ello incida en el 
desempleo local- a los trabajadores migrantes indocumentados que puedan regresar 
de los Estados Unidos, como resultado de la crisis económica que enfrenta 
dicho país. No obstante, datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) apuntan 
claramente a que el problema del empleo formal en la entidad alcanza ya dimensiones 
de crisis.  En lo que va del periodo de enero a octubre, la Delegación de ese organismo 
reporta que se han perdido un total de 211 fuentes de trabajo en la entidad. Pero 
si se mide el detrimento en términos anualizados, es decir, de octubre 
a octubre, la pérdida suma 25,140 plazas. De estos últimos, un total de 18,477 correspondieron a permanentes y 
6,663 a eventuales, es decir, el 73.5% y 26.5%, respectivamente. Es necesario recordar que el Estado requiere generar alrededor de 80 mil empleos 
anuales para dar cabido al incremento que registra la Población Económicamente 
Activa (PEA). En octubre del año pasado, el número de trabajadores asegurados 
en la Delegación estatal del IMSS ascendió a 679,468 personas y 
para el mismo mes de este año había 654,328, un descenso de 3.7 
por ciento. Se puede dar por hecho que la tendencia a disminuir plazas continuará 
en los meses de noviembre y diciembre, púes así ha sucedido históricamente 
y más, dada la situación de recesión económica que 
empieza a generalizarse por todo el mundo. Esta situación hace prever que 
la pérdida de empleos formales puede llegar a superar fácilmente 
las 30 mil plazas en el año, la misma cantidad que las autoridades presumen 
se va a crear. La última vez que se tuvo un comportamiento negativo de esta magnitud 
fue en el 2001, cuando los acontecimientos derivados de los ataques del 9/11 impactaron 
para una merma de poco más de 45 mil plazas en el Estado. Es lamentable pero la actitud asumida por el gobierno estatal en este tema 
es de preocupar. Y es que si se arriesga a manejar con impudicia este asunto, 
¿Qué se puede esperar de él en otros temas de vital importancia 
para la sociedad, como es el de la seguridad?  La desconfianza que hemos desarrollado los mexicanos hacia nuestros gobernantes 
no es fortuita. Se la ganan a pulso, gracias a este tipo de posturas.  Ojala el Gobernador del Estado entienda que los bajacalifornianos, al igual 
que el resto del país, exigimos un cambio que empiece con que los gobiernos 
digan la verdad, aunque ésta resulte incomoda. Asimismo, que ello debe 
ser condición básica para cualquier régimen que pretenda 
ser calificado como democrático. No hacerlo nos conducirá nuevamente 
por el camino del autoritarismo, la intolerancia y la confrontación. Miércoles, 12 de noviembre de 2008. |