Enrique
M. Rovirosa
Desde hace varios años, el Consejo de
Desarrollo Económico de Mexicali (CDEM)
ha mantenido una participación social
muy activa, mediante acciones tendientes a mejorar
las condiciones de vida de todos los mexicalenses.
Para ello, en su momento ha lanzado criticas,
aportado sugerencias y adoptado un rol de defensa
directa en problemas que aquejan al municipio,
como son: el revestimiento del canal Todo Americano,
la construcción del nuevo Bosque de la
Ciudad, el mejoramiento del transporte urbano,
la seguridad, la rehabilitación del Río
Nuevo y la promoción de más espacios
verdes, por mencionar sólo algunos.
De manera reciente, conjuntamente con el Consejo
Coordinador Empresarial (CCE) y las autoridades
municipales se ha dado a la tarea de promover
un programa de mejoramiento urbano al que se
ha denominado “El Mexicali que Todos Queremos”.
Con éste plan se pretende impulsar la
calidad de la ciudad mediante el crecimiento
ordenado y, con ello, atraer más inversión
y obtener un mejor nivel de vida.
En su implementación se han generado
diferentes subprogramas, mismos que se denominan:
“Mexicali te quiero… moderno”,
(programa de accesos), “Mexicali te
quiero… verde” (programa de
forestación), “Mexicali te
quiero… limpio” (programa contra
graffiti y basura) y “Mexicali te
quiero… digno” (programa de
raspado y regado de calles en colonias populares).
No está de más señalar
que la tarea que han emprendido los organismos
empresariales en pro de Mexicali, merece una
sincera felicitación y el reconocimiento
de toda la ciudadanía. Asimismo, ojala
reciba el apoyo necesario para que su labor
se vea coronada con éxito.
Dicho lo anterior, hay que señalar sin
embargo, que si bien la sociedad está
obligada a participar en todas aquellas actividades
tendientes a mejoran su calidad de vida, también
lo es que ello por si sólo no es suficiente.
Se requiere de un gobierno con voluntad
y capacidad para llevar a cabo
estas funciones.
La experiencia indica que los gobiernos municipales
van y vienen, En este quehacer, todos ellos
han expresado su voluntad de hacer de Mexicali
una ciudad más limpia. A lo largo de
varias administraciones nos ha tocado ver como,
en el arranque de cada una de ellas, se implementan
grandes operativos de limpieza con lo que logran
una mejoría notable en cuanto al aspecto
que presentan las principales avenidas y cruces
de la ciudad. Desgraciadamente, pasado algún
tiempo, las cosas vuelven a su estado “normal”,
es decir, basura y graffiti por doquier.
La verdad, de nada sirve que el Presidente
municipal y mucho personal “voluntario”
salgan algunos fines de semana a barrer calles,
pintar camellones, sembrar árboles y
recoger muebles inservibles, si unos meses después
las cosas van a estar igual o peor que cuando
se dio inicio a la campaña de limpieza.
Y es que además de voluntad política
para emprender este tipo de acciones lo que
se necesita es dotar a la administración
municipal de la capacidad operativa y técnica
para realizar este tipo de labores de manera
permanente.
Ello implica, por principio de cuentas, que
se tenga una ruta critica de la logística
a realizar mes a mes. Asimismo, que se disponga
del presupuesto adecuado para ello. Mi experiencia
en la administración pública me
indica que no se cuenta con ninguna de estas
dos cosas.
Y es que, por desgracia, en nuestro país
las administraciones estatales y municipales
se reinventan cada seis y tres años,
respectivamente. Más cuando se trata
de un cambio de partido político.
En cada nueva administración, cientos
de funcionarios y personal de confianza son
despedidos y sustituidos por otros que, la mayoría
de las veces, no cuentan ni con la experiencia
ni la capacidad técnica necesaria para
realizar de manera eficiente sus labores.
En varias ocasiones hemos hecho énfasis
sobre la urgencia que existe de mejorar la calidad
de las administraciones municipales y estatales
en nuestro país a través de la
implantación del servicio civil de carrera.
Es obvio que a los partidos políticos
no les interesa en lo más mínimo
esta acción, pues ello acabaría
con la práctica del reparto de puestos
–cual si fuera un botín- que ha
caracterizado el arranque de cada administración.
En mi opinión, si a los organismos empresariales
realmente les interesa que se eleve la calidad
de vida de los habitantes en nuestra entidad,
entonces deberían adoptar como bandera,
el exigir un mejor gobierno. Y para ello, es
requisito indispensable empezar por implantar
el citado servicio civil.
En un país con tantas carencias, resulta
dramático que durante el proceso electoral
pasado, sólo uno entre todos los candidatos
a gobernador y presidentes municipales haya
abordado su disposición a promover el
servicio civil de carrera en el Estado. Se trataba
de un candidato con nulas posibilidades de triunfo
por lo que su propuesta ni siquiera recibió
la atención debida.
Es un hecho que el progreso de una nación
depende sobremanera de los niveles de transparencia,
rendición de cuentas y profesionalización
que puedan darse en las administraciones públicas.
En materia de transparencia, hemos tenido importantes
avances así como en la competencia de
la administración pública federal.
Por ser Baja California de los estados con
uno de los mejores desempeños económicos
del país, sería natural que fuéramos
a la vanguardia en estos temas. Ojala los dirigentes
empresariales locales se percaten de ello, reordenen
sus prioridades y, con ello, exijan lo que es
necesario.
Sábado,
18 de mayo de 2008. |