Enrique
M. Rovirosa
Hace unos días el presidente de la Cámara
Nacional de Comercio (Canaco) en Tijuana, Mario
Escobedo, informó que en una reunión
con el presidente municipal de esta ciudad,
le plantearon contratar a una agencia de relaciones
públicas con objeto de diseñar
una campaña que permita revertir la mala
imagen que se ha venido divulgando en los Estados
Unidos de América (EUA), a raíz
de los hechos violentos que se han registrado
en últimas fechas y que ya están
impactando de manera negativa en el número
de visitantes que llegan a este punto turístico.
El líder de los comerciantes considera
que se debe dar un mejor trato a la ciudad en
los distintos medios de comunicación
de la unión americana, como un acto de
justicia.
Reconoció que cualquier ejecución
que se lleva a cabo empaña la imagen
de Tijuana, pues cualquier crimen es un acto
que debe de perseguir la autoridad. Se refirió
también, a que en estos primeros cinco
meses de gestión, el sector gastronómico
es el que más se ha visto afectado, pues
"Se ha generado una psicosis, donde
la gente teme salir, teme visitar los restaurantes
de Tijuana", remarcó.
Tijuana sigue destacando por ser la que registra
el mayor número de cruces fronterizos
internacionales por tierra en el mundo (más
de 300 mil diarios). Desgraciadamente, también
se caracteriza por haber alcanzado un destacado
lugar entre las ciudades más violentas
del orbe.
Es un hecho que la inseguridad que vive la
ciudad aunado al retraso en los cruces fronterizos
que provocan las revisiones del lado americano,
como resultado de las medidas de seguridad que
se han adoptado desde los ataques del 9/11,
ha tenido un impacto negativo en las corrientes
turísticas no sólo hacia esta
urbe sino a toda la región de la costa.
Así, a las quejas de los restaurantes
por la baja en el número de comensales
se suman la de los hoteles, comercios y, en
general, la de todos los servicios turísticos.
En mi opinión, sin embargo, no todo
el problema de la baja en el turismo se debe
a la falta de seguridad y las demoras en los
cruces fronterizos, aunque estos sean los hechos
más palpables. También se alimenta
de la falta de esmero de autoridades y servidores
turísticos por brindar mejor atención
al turista.
Dado el número de visitantes que llegan
a esta zona, uno estaría inclinado a
pensar que debería haber especial énfasis
a todo aquello que tiene que ver con ellos.
Sin embargo, la verdad sea dicha, muchos de
los servicios hoteleros y gastronómicos
que se ofrecen en Tijuana y toda la zona costa
son caros y malos, sobre todo cuando, se les
compara con lo que se puede obtener del otro
lado de la frontera.
Considero que el tema de la inseguridad ha
hecho que autoridades y empresarios locales
pierdan la brújula en cuanto a la importancia
que tiene el turismo para la región.
No puede soslayarse el hecho de que muchos
delincuentes se han escudado durante años
tras los vidrios polarizados de sus autos. Pero
de ahí a emitir un ordenamiento que prohíbe
totalmente su uso, siendo que muchos turistas
nacionales y extranjeros los manejan porque
en sus lugares de origen están facultados
para hacerlo siempre y cuando cumplan ciertas
especificaciones, es ir contra toda lógica.
De antemano se sabe que ello servirá
(como ya hay pruebas al respecto) para que policías
locales extorsionen con mordidas a los turistas.
Ya se ha dicho hasta el cansancio que los retenes
militares también son un obstáculo
para el desarrollo de esta actividad, además
de ser ilegales. No obstante, muchos empresarios
turísticos los aplauden. Pienso que mientras
éstos continúen, podremos estar
seguros que la llegada de turistas mantendrá
su tendencia a la baja.
En este estado de cosas, hay que señalar
que no menos importante es el tema de la facilitación
que se da al turismo para desplazarse de un
lugar a otro, me refiero en particular, al aspecto
de las señalizaciones de tránsito.
Pareciera ser una característica de
quienes han gobernado a Tijuana, el olvidarse
de que muchos de los que la visitan no conocen
sus vialidades. Asimismo, de que los turistas
norteamericanos están acostumbrados a
un sistema de señalamientos oportuno,
claro y preciso.
Desde que entra uno por la garita principal,
lo primero que llama la atención es lo
mal hecho que están los letreros para
llegar a la Zona Río. Para quien nunca
ha visitado la ciudad, es casi seguro que se
pase la salida correspondiente, pues los letreros
no dan aviso anticipado para evitarlo. Pasan
los años y no hay quien se preocupe por
solucionar este problema.
Más recientemente, la realización
de obras importantes de infraestructura como
es el puente para la agilización del
aforo vehicular en la salida de Otay, ilustra
perfectamente la falta de consideración
hacia los turistas, pues no existe ningún
señalamiento que indique como regresar
a la avenida objeto del desvío. Un gasto
mínimo en este sentido evitaría
que miles de turistas se lleven la mala impresión
que ocasiona la falta de unos cuantos rótulos.
Como puede apreciarse, esta claro que si Tijuana
quiere recibir más turistas no sólo
requiere de una campaña para borrar la
mala imagen que se ha divulgado en EUA; necesita
que sus autoridades y servidores turísticos
se preocupen por resolver aspectos que están
a su alcance inmediato como, por ejemplo, el
caso de la falta de señalamientos en
las desviaciones de tránsito.
Ninguna campaña, por bien hecha que
esté, servirá de sustituto para
aquello que debe hacerse para hacer más
seguro y placentero el viaje de los turistas.
Si se quiere que Tijuana y, en general, todo
el estado reciba más visitantes hay que
ofrecerles lo que buscan: más y mejores
servicios.
Sábado,
24 de mayo de 2008. |